Costumbres y Tradiciones Funerarias en Kirguistán

Costumbres y Tradiciones Funerarias en Kirguistán

Los funerales en Kirguistán a menudo ofrecen una mezcla de tradiciones islámicas y preislámicas, aunque el foco está puesto en respetar a los muertos. Cuando una persona yace cerca de la muerte, se llama a un mullah, quien recita plegarias y ayuda a la persona a alcanzar paz. Una vez que la persona muere, otros deben ser notificados. Tradicionalmente esto se hacía colocando una bandera encima de la yurta, donde una bandera roja significaba que el fallecido era una persona joven, una bandera negra significaba que era un adulto y una bandera blanca significaba que se trataba de un anciano. En la actualidad, la tecnología (tal como los teléfonos) hacen que las banderas sean obsoletas, pero transmitir el mensaje de esta forma sigue siendo más emotivo.

El cuerpo se coloca en una yurta, y los visitantes se acercan para dar sus últimos respetos y cantar canciones tradicionales. Las mujeres lloran dentro de la yurta y cantan, mientras que los hombres permanecen fuera. Todos utilizan gorros tradicionales. En el tercer día, el cuerpo es lavado y envuelto y se lo recuesta mientras el mullah recita plegarias. Durante el funeral se cubren los espejos de la casa, y se prepara un banquete para los invitados. Los hijos y hermanos del fallecido se encargan de pagar sus deudas. Solo los hombres acompañan el cuerpo al cementerio. Tras el funeral, los invitados se van directamente a sus hogares, no se permite realizar visitas justo después del funeral.

Si alguien muere a la edad de 48 por ejemplo, su edad final se considera 49, dado a que se agrega el tiempo que pasó en el vientre de su madre. Se anuncia un periodo de luto oficial de 40 días, aunque usualmente se realizan 37 o 39 días (el número debe ser impar). Tras este período, los dolientes se reúnen nuevamente para matar a una vaca, y esta vez solo las mujeres lloran. Diversos platos son cocinados en honor a la persona fallecida, y deben comerse en su totalidad para que el alma no tenga hambre.

Lo más importante es que la persona haya vivido una buena vida y así estar preparado para la muerte. La gente debe intentar ser buena, perdonar a los otros, ser respetuosa, casarse bien, tener muchos hijos y ganado. Se dice que, a lo largo de la vida, la distancia entre el bien y el mal es tan grande como la distancia entre las cejas de uno, y ambas son esenciales para vivir. Por lo tanto, las costumbres y tradiciones funerarias en Kirguistán son también acerca del respeto por la vida.