Turismo Vinícola en Georgia

Turismo Vinícola en Georgia Turismo Vinícola en Georgia

 

Arqueólogos hallaron restos de antiguas cerámicas en Georgia, la cual data de hace 6000 AC, lo cual ratifica el hecho de que Georgia es uno de los países productores de vino más antiguos del mundo. El vino se formó como una importante parte de la historia, el estilo de vida y las tradiciones del país e incluso el abrigo del ejército tiene representado un racimo de uvas. La cultura del vino ha estado siempre interconectada con la religión, la identidad y la vida cotidiana de los georgianos, evidenciada por sus muchas catedrales decoradas con racimos de uvas y las sagradas canciones exaltando esta mágica bebida. Cuando Santa Nino convirtió a Georgia en el cristianismo, ella sostenía una cruz hecha de vid.

UNESCO dio el estatus de Herencia cultural Intangible de la Humanidad al tradicional método georgiano de producir vino en las vasijas de arcilla, llamadas qvevri. El país continúa utilizando esta técnica en la producción de vino, que da como resultado vinos únicos con un rico y exquisito sabor que atrae a los visitantes de todo el mundo.

Hay más de 500 variedades de uvas en Georgia. La más famosa es Saperavi, la cual produce vino tinto y semidulce como Saperavi, Mukuzani y el rey de los vinos georgianos Kindzmarauli. Deliciosos vinos blancos son producidos a partir de las uvas Rkatsiketli, Mtsvane y Kisi.

El vino es uno de los productos de exportación principales de Georgia, y es posible comprar vino georgiano en casi todos los países del mundo. Si desea experimentar el sabor original en un escenario auténtico, nada se compara con un viaje a la fuente misma. Siendo conscientes de esto, muchos paquetes turísticos en Georgia ofrecen a los turistas la posibilidad de visitar auténticas bodegas, observar los métodos tradicionales de producir vino, degustar los deliciosos y exóticos vinos y experimentar la famosa hospitalidad georgiana, todo en un pacífico y acogedor ambiente.

Los georgianos creen que cada invitado es un regalo de Dios, y por este motivo, cada banquete es una pequeña celebración. El maestro de brindis o “tamada”, quien es usualmente la persona más educada e instruida de la mesa, encanta a sus invitados con hermosos brindis, poemas y hasta canciones. Visite a una familia local y volverá una y otra vez, como si regresase a visitar a amados amigos listos para darle la bienvenida con sincera alegría … ¡y una copa de vino!