Encantadoras Noches Blancas, San Petersburgo

Puente del Palacio, San PetersburgoPuente del Palacio, San Petersburgo

 

Cada año, de mayo a junio, las noches blancas en San Petersburgo lanzan su encanto sobre la ciudad. En su pico máximo, el sol brilla por alrededor de 19 horas y cuando finalmente el sol baja cerca de la medianoche, la ciudad se baña de un crepúsculo rosado. Durante todo junio, las noches parecen desaparecer por completo. Durante esos interminables días, el tiempo pierde todo sentido y los abrigos de piel y las expresiones utilizadas usualmente por los habitantes de San Petersburgo se elevan para revelar radiantes sonrisas. Incluso Dostoievski (quien escribió famosísimas novelas macabras) fue conmovido por su magia y escribió el que posiblemente fue su único libro sentimental, titulado “Noches Blancas”.

¿Qué son las Noches Blancas?

Las Noches Blancas son un período que va de mayo a julio cuando el sol no baja más de 6 grados detrás del horizonte, resultando en un brillo hipnotizante toda la noche.

¿Cuándo es el Festival Noches Blancas?

Las estrellas de las Noches Blancas y otras celebraciones relacionadas con ellas comienzan a principios de junio y finalizan alrededor del 20 de julio.

¿Por qué visitar San Petersburgo durante las Noches Blancas?

  • Hermoso clima
  • Cielos únicos y supernaturales
  • Docenas de eventos culturales reconocidos mundialmente
  • Posibilidad de explorar la ciudad todo el día y “noche”

¿Qué son las Noches Blancas y por qué son tan especiales?

Durante tres meses en verano la partes más al norte de Canadá, Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia, Groenlandia, Rusia y Alaska no experimentan noches verdaderas. En las regiones sobre el Círculo Ártico (como Yakutia en Rusia) el sol nunca toca el horizonte. En cambio, simplemente gira por el cielo en un bucle infinito y vertiginoso. San Petersburgo, estando apenas debajo del Círculo Ártico, cuenta con atardeceres en verano. Sin embargo, el sol nunca baja más de 6 grados detrás del horizonte, lo cual significa que sus rayos continúan iluminando el cielo. Científicamente, este fenómeno es llamado “crepúsculo de medianoche”. Los locales simplemente lo llaman “Noches Blancas”. Las noches blancas también pueden ser experimentadas en otras partes del hemisferio norte, pero lo que hace especial a San Petersburgo es que es la única ciudad en el mundo con una población de más de un millón y se encuentra lo suficientemente alta para ver las noches blancas.

¿Qué hacer y qué ver durante las Noches Blancas en San Petersburgo?

Desde que Pedro el Grande fundó la ciudad, las noches blancas han sido una característica distintiva de San Petersburgo. Cuando están en su brillo máximo, desde el 12 de junio hasta el 2 de julio, los Festivales de las Noches Blancas llenan las calles de la ciudad con dulces melodías y deslumbrantes actuaciones. A pesar de que esto solo comenzó en 1993, se ha convertido en uno de los eventos principales del calendario de verano de San Petersburgo. Casi cada teatro e institución cultural en San Petersburgo está involucrado. El Teatro Mariinski marca el tono del evento con su prestigioso programa mejorado cada año, el cual comprime ballet, ópera y música clásica.

Se dice que la imitación es el halago más grande. La fiebre de las noches blancas se ha expandido a otros países europeos, resultando en maravillosas celebraciones como Notte Bianca y Nuits blanches.

Los 10 eventos destacados de las Noches Blancas

1. Ver ballet al aire libre

Tener la oportunidad de ver a las primeras bailarinas de San Petersburgo, como Ulyana Lopatkina y Diana Vishneva, realizando pirouette bajo las estrellas, es tan soñado como sus tutus, asique le recomendamos que reserve sus tickets en el Teatro Mariinski II. El ballet y la ópera son el punto de foco de Estrellas de las Noches Blancas, un programa que consiste en 160 actuaciones clásicas, muchas de las cuales son desarrolladas en exteriores. El festival es considerado uno de los 10 principales eventos clásicos del mundo, convirtiéndolo en imperdible para los amantes del ballet y la ópera. Como con cualquier festival de tal prestigio, es esencial realizar la reserva de los tickets con anticipación.

2. Ver los Puentes abriéndose

En la mayoría de las ciudades, los puentes son simples medios para llegar a un destino. En San Petersburgo, sus 342 puentes ornamentados son el destino en sí. Son famosos en el mundo por sus destacados diseños, sus estatuas del siglo XVIII y sus espectaculares ceremonias de apertura en verano. Comenzando alrededor de la medianoche, los puentes de la ciudad se abren en dos al sonido de música clásica que resuena desde los parlantes. Los observadores, llegan con una hora de anticipación para asegurar en lugar privilegiado en el embarcadero, desde el cual es posible ver el espectáculo; mientras que aquellos dispuestos a pagar por la vista perfecta, navegan río abajo en barcazas a medida que los puentes se abren uno a uno sobre sus cabezas.

3. Subir a los techos

Cuando Catalina la Grande declaró que ningún arquitecto se atreviese a construir una estructura más alta que su residencia real, el Hermitage, dudosamente pensó en las maravillosas vistas que su orden daría como resultado. De cualquier forma, aquellos que visiten la ciudad durante las Noches Blancas, agradecerán a su alteza por las deslumbrantes vistas que creó su arrogancia. La suave luz de la noche crea las condiciones perfectas para admirar el paisaje urbano desde arriba. Sin un solo rascacielos que interrumpa a línea del cielo, casi todas las vistas de San Petersburgo pueden ser vislumbradas desde cualquier edificio de 5 pisos. No hay forma más romántica de ver la ciudad, que sobre el techo de un palacio o domo de una catedral en el silencio del crepúsculo. Como una escena de Titanic, usted sentirá deseos de gritar ¡“Soy el rey/reina del mundo”!

4. Bailar en los patios

Los una vez desolados y sucios patios en invierno se transforman en centros de fiestas durante el verano. Los creativos se apoderan de los patios en ruinas y los reinventan en playas con barbacoas, pistas de baile al aire libre y cines. San Petersburgo siempre ha sido conocido como la ciudad más cultural de Rusia y en patios como Pushkinskaya 10, el Centro Berthold Centre y Nueva Holanda, los visitantes pueden bailar y compartir bebidas con artistas y bailarines por los cuales la ciudad es famosa.

5. Celebrar Velas Escarlata

Los cuentos de hadas sí se vuelven realidad en San Petersburgo. Durante la noche de graduación de los estudiantes de secundario, cobra vida una de las historias más románticas de Rusia, Velas Escarlata. Escrita por Alexander Grin, cuenta la historia de una dulce joven llamada Assol quien cree que su amor verdadero llegará a ella en una embarcación con magníficas velas escarlata. En San Petersburgo, justo como en la historia, el sueño de Assol se hace realidad. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los estudiantes que finalizan la secundaria han navegado en los canales de la ciudad en la más hermosa embarcación imaginada con fluctuantes velas escarlata. Casi un millón de estudiantes y espectadores llegan para experimentar la magia del cuento de hadas de Grin, armado al ritmo de orquestas en vivo y fuegos artificiales. Las Velas Escarlata es el momento culmine de las Noches Blancas, por lo tanto, es vital realizar reservas con anticipación para paseos en bote o cafeterías a la orilla del río a fin de asegurarse una buena vista.

6. Bailar al ritmo del swing en un castillo

Mientras que San Petersburgo es mejor conocido por su ballet, los habitantes de San Petersburgo buscan en un sábado por la noche, es el jazz. Sus poéticas notas y espontáneas sesiones improvisadas, le sienta bien a esta ciudad de poetas y soñadores tal como los ojos azules le sentaban a Sinatra. Durante todo el año, la creatividad zumba y canturrea en clubs íntimos, construyendo el calor hasta que eventualmente durante 3 días de verano, todo irrumpe en las calles. El Festival de Jazz de Noches Blancas convierte a los castillos reales de San Petersburgo y las plazas, en clubes de jazz al aire libre donde bandas rusas e internacionales, improvisan sesiones dejando todo en el escenario. Ya sea que llegue a tiempo para el festival o no, los zapatos de tap son imprescindibles cuando visite a la capital rusa de jazz.

7. Tomar parte en Históricos Carnavales

Los zares construyeron incontables escapadas en los suburbios de San Petersburgo. Durante las Noches Blancas, cuando los jardines están en pleno florecimiento, cientos de actores en trajes de época retroceden cien años en el tiempo a la época de la extravagancia de Elizabeth la Grande. Los tambores repiquetean por los callejones del parque una vez más, los cortesanos se duelen y escenarios enteros se instalan en el césped; solo que esta vez para entretener a los ciudadanos normales y no al séquito real. Dentro de las recreaciones históricas, los carnavales del Parque Alexandría en Peterhof parecen ser los más impresionantes. La demanda es alta, y es solo desarrollado por dos fugaces días a comienzos de julio.

8. Correr a través de la ciudad en el Mega Maratón

No es solo el clima el que atrae atletas de todo el mundo a la maratón de las Noches Blancas. El camino de 42 kilómetros es uno de los contrincantes principales para las rutas más hermosas del mundo. Comenzando en la Plaza del Palacio, frente al Hermitage, y luego pasando sitios como la Catedral de San Isaac, el Museo Ruso y la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, esta ruta lleva a los corredores a recorrer casi todos los sitios de la ciudad. Pero incluso si la vista de una cúpula dorada no es suficiente estímulo para sus piernas para correr 42km, quizás pueda considerar la apenas menos épica, pero siempre deslumbrante carrera de 10km.

9. Visitar Museos toda la noche

Siendo la ciudad cultural que es, San Petersburgo es hogar de una increíble cantidad de museos, galerías y centros de exhibiciones. Incluso los nacidos y criados en San Petersburgo luchan para seguir el paso con la variedad de eventos en las instituciones culturales. De acuerdo con los curadores, ¡la colección del Hermitage sola llevaría 25 años verla en su totalidad! Gracias a los interminables días de las Noches Blancas, la admisión a los museos no se limita de 9 a 5. En mayo, por una noche completa, los museos de San Petersburgo prácticamente no duermen. Las filas para entrar son más bien largas, pero la posibilidad de ver algunos de los más maravillosos trabajos bajo una nueva luz – ese apacible crepúsculo – hace que valga la pena.

10. Ver las estrellas en la Plaza del Palacio

No solo son los mortales quienes han sentido la magnética atracción de las Noches Blancas arrastrándolos hasta San Petersburgo. Incontables celebridades han utilizado la excusa de un concierto para venir y experimentar este surreal cielo de medianoche. Famosos artistas internacionales como Rolling Stones y Paul McCartney junto con los más adorados artistas populares de Rusia han tocado justo frente al Hermitage, en la masiva Plaza del Palacio, como parte del Festival de Noches Blancas.