Rituales y Tradiciones – Talismanes y Amuletos

Como muchas otras naciones orientales, los turkmenos tienen sus propios amuletos, talismanes y fetiches, a los cuales, desde tiempos inmemorables, se les han atribuido una significancia especial y un poder mágico. Las cuentas, plumas de aves y cuernos de carnero se encuentran entre algunos de ellos. Se creía que estos podían espantar los malos espíritus, convocar a los buenos espíritus y proteger a sus portadores de varios problemas y desgracias. Este tipo de amuletos, los cuales han sobrevivido hasta nuestros días, pueden tener la forma de un ojo, corazón, cabeza de serpiente, pequeñas conchas, escarabajos, etc.

Fuerza sagrada era atribuida a cierto tipo de frutas, semillas y granos. Uno de los primeros amuletos fue el collar hecho de semillas de granada, pistacho, clavos de olor. De acuerdo con antiguas creencias, el fuerte olor de estas plantas podía proteger de los malos espíritus y hechizos. Además, una mujer que utilizase este tipo de collar tendría muchos hijos.

Un amuleto contra los hechizos, “aladzha”, puede ser encontrado en todo tipo de artes y artesanías turkmenas, y consiste en una cuerda tejida con cuentas blancas y negras. Los “adzhas” delgados era utilizados en la muñeca, cuello o atados a prendas de vestir, mientras que los más gruesos se colgaban sobre el frente de una casa o en alguna pared interna.

Otro amuleto de tela blanca, llamado “tumar”, consistía en un sobre triangular con sal y carbón, el cual según las supersticiones turcomanas poseía la capacidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Vestir un tumar brindaba bienestar a su dueño.

Si no llegaba el tan ansiado primer niño, una mujer solía utilizar un vestido con un pequeño corte en el dobladillo con decorativos bordados. El corte simbolizaba el “camino” abierto para el bebé. Si la gente veía a una mujer con este vestido, le deseaban “Que ella tenga su heredero”

Entre los objetos que protegían de los hechizos, se encontraban y aún se encuentran, los siguientes: lana de camello, láminas de plata, monedas antiguas y amuletos triangulares de madera – “dagdans”. Las formas triangulares de colores contrastantes tienen un valor sagrado y sirven como amuletos desde los tiempos antiguos. Varias combinaciones de triángulos, cuadrados y rombos forman ornamentos como parte de los amuletos. Pueden encontrarse en bordados de gorros, diseños de batas para hombres y mujeres y los bordes de las alfombras turkmenas.

Las joyas, especialmente las de piedras preciosas, además de utilizarse como adorno, se utilizan como amuletos. Cada tipo de piedra tiene un significado especial y se creía que tenían poderes curativos y propiedades mágicas que los protegían contra las fuerzas del mal. La piedra mas honrada y popular siempre ha sido la cornalina. Se considera que brinda salud y prosperidad, paz, placer y bienestar.

Los adornos, estaban “programados” para determinar el comportamiento de una persona y su éxito en la vida. Los buenos deseos hechos de cuentas y colgantes brindaban a la persona confianza en todo su accionar. Por ejemplo, un colgante en forma de corazón llamado “asyk” servía no solo como broche del pelo para la mujer, sino también actuaba como amuleto protegiendo su cabello, el cual podía ser utilizado para malos hechizos. Esta es la razón por la cual los turkmenos brindan especial atención a los ornamentos en la cabeza y el pecho.

Tener muchos hijos siempre ha sido una tradición entre los turkmenos y motivo por el cual, los niños eran cuidados de las supersticiones por medio de varios amuletos y talismanes, que tenían la intención de salvar sus vidas. Justo luego de que una niña hubiese nacido, sus padres la adornaban con aretes, que cumplían la función de guardianes. Se creía que un niño o niña estaba a salvo de ser dañado si utilizaba pulseras simples hechas de cuentas blancas y negras.

En la actualidad, los amuletos y talismanes se encuentran presentes en las alfombras, joyas y los trabajos de bordado nacional tanto como amuletos y como tributo a la tradición.