Madraza Mukhammad Amin-khan, Jivá

Madraza Mukhammad Amin-khan, Jivá

La madraza Mukhammad Amin-khan es uno de los principales sitios de interés de Jivá, y se encuentra en el distrito histórico Itchan-Kala. Es la madraza más grande, no solo en Jivá, sino de toda Asia Central. El edificio de dos pisos ocupa un área de 72 a 60 metros y tiene 125 khudjras (celdas), destinadas a 260 estudiantes. La singularidad de esta institución educativa era que cada khujra constaba de dos habitaciones, y las khujras ubicadas en el segundo piso tenían una habitación y una logia con vistas a la fachada del edificio.

La madraza fue construida en 1851-1854 por orden del gobernante de Jivá en ese momento, Muhammad Amin-khan y fue nombrada en su honor. El edificio de la madraza de Mukhammad Amin-khan tiene cinco cúpulas y torres de flanco. La fachada está decorada con adornos de ladrillo vidriado, las puertas de madera abundan en tallas ornamentales y la cara de mayólica impresiona con sus patrones herbales. Sobre la entrada hay una inscripción en árabe: "Este maravilloso edificio permanecerá aquí para alegría de los descendientes".

La madraza de Mukhammad Amin-khan se encuentra frente a otro sitio de interés de Jivá: Kunya-Ark, ubicada junto a la puerta de Ata-Darvoza. Justo en frente del edificio se encuentra uno de los principales símbolos de la ciudad: el minarete Kalta-Minor, también construido bajo órdenes de Muhammad Amin-khan. Desafortunadamente, el gobernante fue asesinado y la construcción del minarete que se convertiría en el minarete más alto del mundo no se terminó. El minarete mide solamente 29 metros en lugar de 70 metros.

Anteriormente, la madraza de Mukhammad Amin-khan era una de las instituciones educativas más prestigiosas y poseía numerosas tierras wakf. Además, el edificio albergaba la Cancillería del Tribunal Supremo Musulmán. Hoy en día, el edificio de la madraza de Mukhammad Amin-khan incluye una agencia de viajes, un hotel, una oficina de cambio y una cafetería. Este magnífico sitio ha conservado su aspecto histórico e incluso, después de un siglo, sorprende con su grandeza a los residentes y visitantes de Jivá.