Tradiciones de Hospitalidad

Tradiciones de Hospitalidad Georgiana

Los usos y costumbres de la hospitalidad en Georgia se profesan en términos inequívocos en el proverbio georgiano:

"Cada huésped es un regalo de Dios".

Uno de los monumentos nacionales más conocidos de Georgia es Kartlis Deda - Madre de Georgia. Su estatua está en lo alto de Tiflis con una espada en una mano y una copa de vino en la otra. Esto representa la actitud protectora y hospitalaria de Georgia hacia los huéspedes.

Durante siglos, los georgianos desarrollaron costumbres y fama de generosidad y hospitalidad que pueden ser experimentados en el hogar de un georgiano, en la calle, en el bazar de una aldea o en el metro de Tiflis.

Si un turista detiene a un georgiano para preguntarle cómo llegar a algún sitio, lo más probable es que sea escoltado personalmente a su destino. Si el georgiano no está seguro, la situación se convierte instantáneamente en un asunto de vecindario, con todos los que están cerca dejando lo que estén haciendo para ayudar hasta que se solucione el dilema.

Senderistas han regresado desde las áreas rurales de Georgia contando acerca de las instancias donde los georgianos los han invitado a sus hogares para pasar la noche o incluso una semana. Los turistas quedan a menudo atónitos de la generosidad que parece no tener fin, con la cual los georgianos tratan a los extranjeros. Son comunes las situaciones en las cuales un turista simplemente pregunta acerca del restaurante más cercano, solo para ser inmediatamente llevado a un hogar georgiano y ser sentado como el huésped de honor en un tradicional, improvisado, banquete. Esto puede suceder y de hecho sucede, a cualquier hora del día. Por este motivo, la amistad con los georgianos es inminente y son usualmente el resultado de los primeros encuentros.

Un invitado en una casa georgiana tiene el estatus de realeza. Comida y bebida es ofrecida a cada momento, ya sea que el huésped esté allí por la velada o se quede por varios días. No es inusual para los georgianos insistir, sino exigir, al huésped que se quede por una cantidad de tiempo indefinido. Si un huésped expresa admiración por un objeto de la casa o una prenda de vestir, inmediatamente le será dado.

Los georgianos son quizás algunos de los anfitriones más relajados que un turista pueda encontrar. Su reputación de generosidad no tiene sinigual. Los georgianos raramente se ofenden de algo y lo alentarán a beber en exceso. Rechazar un trago, sin embargo, está mal visto.

De acuerdo con la poesía georgiana, la hospitalidad es valuada más que la valentía, el coraje o el habilidoso manejo de un arma. La tradición georgiana idealiza a un anfitrión generoso, hospitalario.