Alfombras Turcomanas

Alfombras Turcomanas

Las alfombras turcomanas han jugado un rol crucial en la cultura de Turkmenistán por mucho tiempo, habiendo sido tejidas por primera vez por una necesidad surgida de la difícil realidad de la vida cotidiana. En la antigüedad, las tribus nómades contaban con diferentes tipos de alfombras, cada una de las cuales cumplía con un propósito único. Alfombras para rezar, decorativas, alfombras utilizadas para celebraciones familiares y alfombras que se doblaban como armarios y camas eran importantes artículos para los nómades turcomanos. También eran utilizadas para dividir un cuarto grande en cuartos separados, arrojadas sobre el lomo de los caballos y camellos y esparcidas en espacios abiertos transformándolos en un sitio confortable y familiar.

La transición de los turcomanos a un estilo de vida sedentario proporcionó las condiciones necesarias para el desarrollo de esta antigua manualidad en artes aplicadas. Las habilidades del tejido de alfombras han sido pasadas de madre a hija por generaciones, y en adición a seguir técnicas específicas, las mujeres deben ser cuidadosas en su selección de calidad de materiales y tinturas. Originalmente las alfombras turcomanas fueron creadas para durar por siglos.

Las alfombras turcomanas son el principal símbolo de Turkmenistán como los tulipanes en Holanda y los cigarros en Cuba. De acuerdo con una teoría, goli (los diseños turcomanos de alfombras) se originaron con Oguz Khan, un legendario héroe que es considerado el progenitor de la gente turcomana. Algunos expertos consideran que el símbolo del sol es el corazón de goli, siendo que su inclusión en las alfombras turcomanas comenzó hace miles de años cuando prevalecía en la tierra la adoración al sol.

Las características definidas de las alfombras turcomanas incluyen estrictos diseños geométricos y variados tonos de rojo. Sin embargo, a pesar de estos elementos en común, cada tribu utiliza un diseño individual y una ornamentación única que no se duplica en ninguna otra parte. Un elemento clave de las alfombras turcomanas es un sello particular cuyas características varían en base a la tribu de origen de la alfombra y el lugar donde fueron tejidas.

Una alfombra turcomana es una verdadera pieza de arte. Cada alfombra toma una gran cantidad de tiempo y una increíble habilidad para su finalización y, por lo tanto, es altamente cotizada. Considere que, en una hora, un tejedor promedio realiza por lo menos 3000 nudos y golpea la alfombra incontables veces con un peine de hierro. En un turno, se realizan miles de barridas, mientras que el peso del peine con las fibras puede exceder 1 kilo. Este trabajo se repite día tras día por semanas y meses. Al admirar una elaborada alfombra turcomana o considerar comprar una, debe recordar que es una pieza maestra diseñada con gran esfuerzo.

El Ministerio de Alfombras de Turkmenistán es una entidad estatal que actualmente supervisa la exportación de alfombras turcomanas y los diseños, con galerías alrededor del mundo para la exhibición de alfombras nacionales. Aquellos que visiten el país podrán ver más de 200 muestras de antiguas alfombras turcomanas en el Museo de Alfombras Turcomanas en Asjabad, incluyendo una de las más grandes del mundo, la cual mide 301 metros cuadrados y se encuentra enlistada en el Libro Guinness de Récords. Cada año, durante el último domingo de mayo, Turkmenistán celebra el Día de la Alfombra en el museo, con ceremonias especiales y exhibiciones.