Yurta Kazaka
Las yurtas son los hogares de la gente kazaka en todo sentido de la palabra. Una vivienda práctica y conveniente que es fácil de construir, desarmar y cargar en un camello o caballo para ser transportada a lo largo de una estepa, la yurta es un inconfundible símbolo de la cultura kazaka y de los nómades túrquicos. La palabra yurta puede ser traducida como hogar, tierra patria o incluso como gente. Además, en la cultura kazaka, la yurta representa un cierto modelo del concepto del universo.
El diseño moderno de la yurta tiene sus raíces en las chozas de los humanos primitivos y más tarde en las tiendas nómades. Como evidencian varios dibujos y manuscritos de los viajeros de China, Irán y otros países de Asia, el diseño de las yurtas que vemos en la actualidad comenzó a ser visto hace 1000 años. Este tipo de vivienda fue ampliamente utilizado no solo en Kazajistán, sino también en Turkmenistán, Mongolia, Altai, la Republica de Tuva (perteneciente a la Federación Rusa) y Kirguistán, donde aún se utiliza en la actualidad en las pasturas de las altas montañas. La yurta de cada región era única y tenía sus propias características y nombres. En Kazajistán, por ejemplo, las yurtas son más bajas y amarradas al suelo debido a los fuertes vientos de la estepa.
La yurta kazaka consta de tres elementos unidos: “kerege”, un enrejado de madera que forma las paredes de la yurta, postes llamados "yuk" (o "uuk") que forman una estructura en forma de domo y un anillo circular llamado "shanyrak" que sirve como tope de la yurta, como claraboya y agujero para el humo. Las yurtas tienen tal importancia para la gente kazaka que “shanyrak” está dibujado en el Emblema Nacional de Kazajistán”. El principal material de construcción de la yurta siempre ha sido la madera de sauce, aunque los nómades adinerados las construyen de abedul. Una vez que el marco está construido, una cobertura de felpa proporciona protección contra el viento, la lluvia y la nieve en invierno y contra el abrasante sol y el polvo en verano.
El ensamble de la yurta es usualmente realizando por las mujeres y un equipo de 2-3 personas pueden completarlo en alrededor de una hora. Primero se instala el marco de la puerta, al cual se le unen los tramos de “kerege” para cerrar gradualmente el círculo. Una yurta típica consiste en seis tramos de kerege, pero los adinerados pueden instalar hasta diez tramos. El segundo paso involucra a un hombre sosteniendo el shanyrak en un gran poste en el medio de la yurta. El shanyrak tiene un juego de agujeros cuadrados alrededor del anillo en los cuales se insertan los postes del “yuk”, mientras que las otras puntas son atadas al círculo del kerege. Los primeros 3-4 postes son levantados inicialmente para asegurar el domo, luego se agrega el resto a su alrededor.
La junta formada por el kerege y el yuk es cubierta con una tira especial de tela para darle rigidez adicional. Luego de que todo ha sido atado, se utiliza la felpa en las paredes de la yurta. La cubierta es atada a la puerta y el domo se cubre con dos largos cortes de felpa desde y hacia el techo. La cuerda es atada alrededor de la estructura entera varias veces para proporcionar más resistencia a las paredes de felpa. Finalmente, una palanca especial es añadida, con la función de cubrir el shanyrak en caso de lluvia.
La entrada de la yurta siempre se encuentra en dirección sur, de manera tal que los nómades pudiesen determinar el tiempo y planear su día basados en las horas de sol. A ambos lados de la entrada hay un lugar para almacenar bienes del hogar. Las cosas de las mujeres se guardan en la izquierda, platos y comida, y las cosas de los hombres tales como armas, monturas y herramientas, se guardan de la derecha. La fogata se sitúa en medio de la yurta, justo bajo el shanyrak. Sobre el fuego, se instala un trípode para la caldera. Al fondo, se encuentra una especie de lugar de almacenamiento para la familia nómade, y es aquí donde tradicionalmente se sientan los invitados. Cuando el sol se acuesta sobre la estepa, se preparan las camas. Los mayores de la familia duermen a la derecha de la entrada, mientras que los más jóvenes se encuentran a la izquierda. Para mayor comodidad, el piso y las paredes de la yurta son cubiertos con alfombras.
En la actualidad, las yurtas son raramente vistas en Kazajistán, dado a que las ciudades han remplazado gradualmente las tradiciones nómades; sin embargo, aún pueden ser vistas, incluso en las ciudades, como tributo a la antigua cultura de Kazajistán.